De la misma manera que las autoridades sanitarias nos recomiendan someternos a chequeos médicos periódicos, la corriente higienista aconseja practicar un programa de ayuno de manera regular (aproximadamente cada seis meses).
Desde el punto de vista del higienismo, el ayuno consiste en una abstinencia voluntaria a ingerir cualquier tipo de alimentos, excepto el agua, con el objeto de conservar la salud, o para recuperarse de una enfermedad. Se trata, pues, de un ayuno hídrico.
En su máxima extensión, el ayuno no sólo supone evitar la ingestión de alimentos, sino también la abstinencia de realizar cualquier tipo de actividad mental, sensorial, emocional, física o psicológica. Los períodos de ayuno deben establecerse con antelación y llevarse a cabo bajo supervisión de un experto, especialmente si se trata de la primera vez.
Naturalmente, se desaconseja ayunar a aquellas personas con falta de fuerza mental o carencia de reservas orgánicas. En estos casos puede ser recomendable un semi-ayuno o dieta a base de zumos y frutas.
“el ayuno es la mejor manera de mantener buena salud, eliminar el dolor y la enfermedad, de reducir y controlar el peso y en última instancia de prolongar la vida”. Herbert Shelton, médico en Higiene Natural
El Higienismo, Higiene Vital u Ortopatía, se ocupa de todo lo beneficioso en la Naturaleza que es imprescindible para obtener una perfecta salud. Recomienda el ayuno como forma de prevención y curación, sustituyendo a medicamentos, tratamientos o curas. Dado que nuestro organismo tiene capacidad propia para curarse internamente, no es necesario inducirlo mediante agentes externos a lo mismo que puede hacer por sí solo. Los medicamentos desvían la atención del organismo y obstaculizan el acto de auto curación.