Existen, además de las doctinas religiosas, el higienismo y las vertientes más naturalistas del vegetarianismo, otras formas de entender la vida dentro de las cuales el ayuno, o semiayuno, se concibe como algo natural y llevado a la práctica en mayor o menor medida.
Se trata de la práctica más radical del ayuno, ya que supone la no ingesta de comida ni bebida durante prolongados periodos de tiempo. Corresponde, efectivamente, más a un estilo de vida que a una práctica eventual. Salud perfecta, libertad, economía, ecología, energía vital, creatividad, crecimiento espiritual, rejuvenecimiento, curiosidad. Todos estos pueden ser motivos válidos para una persona que se adhiere la filosofía inedista.
La Inedia (también llamado respiracionismo o autotrofismo) es la supuesta capacidad de vivir sin alimentos. Es una filosofía muy vinculada a la práctica espiritual del ayuno, especialmente a la vida de los santos, y no es corto el número de ellos de cuya práctica se tiene constancia. La bavaresa Teresa Neumann (1898-1962), afirmaba que «se puede vivir exclusivamente del Santo Aliento.» De ella se afirma que estuvo entre 1926 y 1962, alimentándose únicamente a base de pan transubstanciado.
El ayuno nos recuerda nuestras dependencias y debilidades con respecto a lo material. Según el pensamiento inedista, si la moderación, el autocontrol, y el ayuno son buenos, entonces la eliminación de todo alimento será aún mejor. Los seres espirituales no necesitan alimento ni agua ni el sueño. Los inedistas, en su devoción por ellos y su ansia por convertirse en seres espirituales, realizan el ayuno a niveles calificables de inhumano.
La práctica de la inedia tiene raíces religiosas, especialmente en el catolicismo romano y el hinduismo. En la fe católica, Jesús mismo, así como varios santos, vivieron durante largos periodos de tiempo sin sustento. En la religión hindú, encontramos ejemplos de personas que han vivido al estilo respiracionista. La Inedia lleva la idea del ayuno más allá del calendario religioso, a un nivel superior, con el fin de experimentar la espiritualidad en grado sumo, es decir viviendo únicamente de la espiritualidad.
Una inedista que se ha dedicado a promover la filosofía respiracionistaes la australiana Ellen Greve, más conocida como Jasmuheen. Según ella, que anteriormente era asesora financiera, se puede obtener toda la nutrición necesaria directamente del prana, la fuerza vital universal. En su obra Living on Light: A Source of Nutrition for the New Millennium, describe un programa de 21 días que permite detener el proceso de envejecimiento corporal y alcanzar la inmortalidad, viviendo exclusivamente de la luz. Ella misma dice llevar sin comer desde 1993, aunque admite ingerir infusiones de hierbas con cierta frecuencia, así como licencias esporádicas con golosinas para el paladar, como el chocolate o los helados.
Por desgracia, la creencia de que podemos vivir sin comida ha calado en ciertos sectores de la población aun en la actualidad. Hira Ratan Manek, un ingeniero mecánico indio jubilado de sesenta y cuatro años de edad, afirma que vive a base de agua hervida y de la energía solar. De hecho, sostiene que su cuerpo se ha convertido en una célula fotovoltaica capaz de transformar los rayos del sol en energía nutricional.
El ejemplo de Manek ha acabado convirtiéndose en un fenómeno de culto, al igual que el caso de Tapaswi Palden Dorje (Ram Bahadur Bomjan), cuyos seguidores afirman que no ha comido ni bebido agua desde que fue mordido por una serpiente venenosa en noviembre de 2005. Sus seguidores creen que esa mordedura le dio la iluminación, a tenor del halo de luz que vieron salir de la cabeza del gurú. Desde entonces, Dorje no hace más que meditar por la paz mundial.
Fuertemente vinculado al misticismo y a la hagiografia, se conocen múltiples casos de anacoretas, santos y místicos cristianos que practicaron la inedia total durante varios años. Como curiosidad, parece ser que la mayoría de ellos fueron mujeres.
Catalina de Siena (8 años de inedia)
Catalina de Raconizzio (10 años)
Rosa María Andriani (28 años)
Luisa Lateau (14 años)
Angela de Foligno (12 años)
Lidwina de Schiedham (28 años)
Domenica del Paradiso (20 años)
Isabel von Reute (15 años)
Nicolás de Flüe (19 años)
Desde el punto de vista científico, hay pocas pruebas de que la inedia sea un estilo de vida sostenible. El cuerpo humano necesita la comida y el agua para sobrevivir. Sin ellos, nos arriesgamos a la muerte por inanición y deshidratación. En realidad, no existen pruebas que demuestren fehacientemente que aquellos que afirman haber vivido en la inedia no hayan consumido absolutamente nada. Buen parte de ellos sí que ingerían algunos alimentos y agua; otros tantos murieron en el intento.