Ahora más que nunca todas las personas se están preocupando por tener un sistema inmunitario en óptimas condiciones.
Una de las claves para conseguirlo es mantener la flora intestinal en equilibrio, pero… ¿qué se sabe realmente de ella?
¿Qué es la microbiota intestinal y cuál es su función?
En realidad, se sabe muy poco acerca de ella, pero la ciencia siempre está en constantes avances y cada año se descubren más funciones a través de los diversos estudios realizados sobre la composición de la flora bacteriana, los metabolitos, etc.
Básicamente, se denomina flora o microbiota intestinal al conjunto de microorganismos que viven en el intestino: bacterias, parásitos, hongos, virus.
En el intestino residen alrededor de unas 500 a 1.000 especies diferentes de bacterias, y para estudiarlas, es necesario clasificarlas por filos genéticos (parentesco entre especies) ya que tienen su propio ADN.
A su propia genética se le conoce como “microbiona intestinal” y es muy importante, puesto que el ADN de las bacterias es de 150 a 200 veces mayor que el genoma humano, llegando a tener más de 20.000 funciones diferentes.
Clasificación de la microbiota y sus beneficios
Debido a su complejidad, la secuenciación genética permite clasificar las bacterias de la microbiota en:
- 90% Bacteroidetes (gram-) y Firmicutes (gram+). Es muy importante que estén en equilibrio, siendo un poquito más de Firmicutes respecto a Bacteroidetes.
- 10% restante son Proteobacterias.
Ahora bien, dentro de la clasificación de las Firmicutes, se encuentran:
- Lactobacillus.
- Ruminococcus.
- Roseburia.
- Faecalibacterium Prausnitzii.
- Clostridium spp, que son indispensables para fabricar Butirato en el colon, un ácido graso de cadena corta. Entre sus beneficios está la de una acción antiinflamatoria fabricada a partir del consumo de fibra soluble y almidón resistente.
¿Qué factores afectan a la flora bacteriana?
Independientemente de esta división filogenética, cada persona puede tener unas especies muy concretas en la particularidad de su propia microbiota, y depende en gran medida de algunos factores como:
- Genética.
- Exposición a antibióticos.
- Tipo de alimentación.
- Uso de probióticos/prebióticos.
- Edad.
- Parto (si ha sido vaginal o por cesárea).
- La salud periodontal de la madre al momento del parto.
- La localización geográfica y dieta específica de la región.
También es importante destacar que la correcta colonización microbioma intrauterina en los primeros años de vida determinará la composición bacteriana para el resto de la vida de la persona.
Y, como curiosidad, se ha estudiado que las madres con obesidad o que han ganado peso durante el embarazo, tendrán menos cantidad de Bifidobacterium (actinobacterium phylum) y más Clostridia (firmicutes phylum) en comparación con las que no tienen sobrepeso.
Esto se asocia como factor de mayor riesgo a que en la adultez se pueda padecer de:
- Procesos inflamatorios.
- Obesidad.
- Low grade inflamation.
- Intolerancia a la glucosa.
¿Hay relación entre la flora intestinal y el cerebro?
Es realmente sorprendente como todo en el cuerpo humano está interconectado. Gracias a proyectos como “Human Microbioma Proyect” o “MetaHit”, que estudian los metabolitos, genes, entre otros, se han establecido estados de patología y microbiota para estudiar la similitud de los desequilibrios en individuos.
Por ejemplo, se comprobó que las personas que padecían depresión o ansiedad tenían unos niveles bajos de Butirato, metabolito mencionado anteriormente, que tiene como beneficio una actividad antiinflamatoria.
Es importante destacar que la composición de la microbiota varía según el paso de los años. De hecho, puede cambiar en horas, pero se necesitan décadas para cambiar el filo genético.
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Mejorar la microbiota intestinal por medio de la alimentación
Hay que tener en cuenta que la dieta condiciona, y mucho. Se puede ver de la siguiente manera:
- Dieta rica en fibra y pobre en proteína y grasas provocará un mayor número de Bacteroidetes (productores de Acetato y Propionato, con actividad antiinflamatoria) y Firmicutes (productor de Butirato, con actividad antiinflamatoria del sistema inmunitario).
- Una dieta rica en grasas saturadas favorecerá un mayor número de Firmicutes y un menor número de Bacteroidetes, relacionado con la resistencia a la insulina y la obesidad.
- Una dieta rica en un 30% de proteína y un 70% de grasas, provocará una mayor cantidad de ácidos biliares, más Bacteroidetes y menos Firmicutes.
¿El ayuno tiene relación con la microbiota?
Entonces, la dieta condiciona, pero… ¿qué hay del ayuno?, ¿puede aportar algo al equilibrio de la microbiota ayunar correctamente?
Pues precisamente eso aporta: equilibrio. El ayuno tiene muchos beneficios y es una gran estrategia para hacer un reset del organismo.
Al ayunar, se activa un mecanismo de reparación y limpieza del intestino de forma fisiológica el “MMC” (Migratory Motor Complex) ayudando así a deshacer todas las toxinas, metabolitos residuales de las digestiones y promoviendo la regeneración de una nueva microbiota.
Actualmente la ciencia se encuentra tan solo en la punta del iceberg en la comprensión del impacto que tiene la Microbiota en la salud. Lo que está claro es que el ejercicio, una alimentación adecuada y el ayuno, repercuten positivamente en la búsqueda del equilibrio sobre ella.